El grupo de Liverpool actuó en Granada rozando el ‘todo completo’ de las grandes ocasiones en la sala Tren. El grupo de los hermanos Cavanagh dio un concierto de rock muy elaborado y lírico, más cerca del sinfonismo electroacústico clásico de los Floyd, Magna Carta o Moody Blues que del espeso metal de sus inicios, haciendo breves citas en otras direcciones más despistantes como ocurrió con el ‘Albatross’ de Peter Green .
En la recta final, los de ‘Lost control’ y ‘Parisienne moonlight’ demostraron que bajo el guante de seda también tenían uñas y podían arañar. Por cortesía nadie nombró al Barcelona. Y de su capacidad de conmover quede constancia resumida en la exclamación emocionada de un espectador: “¡si supiese llorar, lloraría!”.
